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Hicieron falta milenios para forjar este inusual paisaje de las Corbières formado por macizos de piedra caliza, mesetas con aroma a garriga, viñedos que muestran a veces una vista sobre lagunas irisadas habitadas por flamencos y... el mar Mediterráneo.
Una verdadera paleta de pintor que se encuentra en los vinos carnosos y elegantes. El territorio de Fontfroide goza de algunas peculiaridades que vale la pena visitar, especialmente su magnífico macizo protegido cuyo pino marítimo es la especie insignia y sus monumentos históricos.
Los nombres de estos macizos resuenan en los oídos, la Clape, Fontfroide, Corbières, y ofrecen una gran variedad de actividades para ponerse... ¡Verde!
La geología, el viento y la cercanía del mar hacen que los terrenos del macizo sean perfectos para el cultivo de la viña.
La increíble fauna y flora del macizo se descubren con el senderismo. Acompañado por un guía del Parque Natural Regional, descubrirá mil secretos sobre esta naturaleza protegida.
Largo tiempo habitadas por agricultores y pastores, las montañas contienen un patrimonio agropecuario muy rico: muros bajos en piedra seca, cabañas, molinos, etc.
Ubicada en el corazón del macizo de Fontfroide, una joya de la arquitectura cisterciense: la abadía de Fontfroide.